Cuando somos padres, no es una tarea fácil para nosotros elegir el calzado adecuado para nuestros pequeños del hogar, debido a que su podrían ayudarnos a evitar problemas podológicos en el futuro. Una vez encontrado el calzado adecuado se deberá de cuidarse lo máximo, para así poder evitar el proceso de elección.
El uso diario del calzado infantil, dependerá siempre de varios factores, como la temperatura y el ambiente, pueden afectar a nuestros zapatos. Debido a esto es que te daremos varios tips para que puedas cuidar el cazado infantil. Así podremos mantener el calzado favorito de los niños durante más tiempo.
Cambiar de Calzado diariamente
Es impórtate, que se evite el desgaste excesivo, debido a que así podrán reposar y recuperar su forma, adaptándose al pie del niño lentamente. Ayudará a mejorar la salud del pie de los niños, pues al realizar el cambio constante, no se acostumbrará a una única forma de zapato.
Mantener la forma de los zapatos
Algo que ocurre de manera bastante común es que el calzado pierde su forma original, tanto en su aspecto, como en algunas de sus características. Podemos evitar estas deformaciones si, a la hora de guardarlo, utilizamos una horma que se adapte bien a la forma del zapato, permitiendo así mantener sus formas originales mientras lo tenemos guardado. Si no disponemos de una horma que se pueda adaptar a nuestro calzado infantil, también se puede usar algún tipo de relleno, que ayude a mantener la estructura, como, por ejemplo, bolas de papel de periódico.
Guardar el calzado de manera correcta
Nunca debemos guardarlos unos encima de otros o amontonados, ya que tanto el peso de los zapatos, como el polvo que puedan tener algunos, no harán sino estropear al resto. Por ello, es importante también que cuando vayamos a guardar los zapatos de los niños, estos estén limpios.
No debemos dejar rastro de suciedad o polvo, y que estos elementos se queden ahí hasta el siguiente uso, porque podría ser mucho más complicado limpiarlos un tiempo después.
Para almacenar el calzado infantil en nuestro zapatero, es muy recomendable el uso de cajas, sobre todo si vamos a estar mucho tiempo sin usarlo. Si no disponemos de estas cajas, o estas nos ocupan una cantidad de espacio muy grande, podemos usar algo más fácil de conseguir, y que abulte menos, como una bolsa de tela.
Evitar la humedad en nuestros zapatos
Existen varios factores que hacen que el calzado de los niños adquiera humedad, puede ser el sudor, después de un largo día de uso, o el ambiente exterior, por ejemplo, en un día de lluvia. Por ello, debemos secar el calzado antes de guardarlo, y podemos usar bolsitas antihumedad o bien un paño que tengamos por casa.
También podemos aplicar uno de los consejos anteriores y meter papel dentro para que absorba la humedad, pero debemos cambiar el papel después para poder almacenarlo.
Simetría de los cordones de nuestros zapatos
Se trata de uno de los consejos más peculiares, a veces menos considerados además pero que poca gente conoce. Al adquirir unos zapatos nuevos, podemos ver que uno de los extremos del cordón es más largo que el otro, lo cual está provocado por la manera en que se almacena el calzado después de su fabricación. Por ello, tenemos que sacarlos cordones y volverlos a introducir de manera que nos aseguremos de que queden simétricos. Así, con esta simetría nos aseguraremos de que la presión de los cordones se distribuye de manera uniforme, y evita así, que el calzado se deforme.
Usar el calzador
Al ponernos los zapatos sin usar este elemento, lo único que conseguimos es deformar la parte del talón, ya que hacemos fuerza sobre ella al intentar meter el pie.
Si usamos el calzador, nos evitaremos este problema, y además, acostumbremos a nuestros hijos a usarlo, quitándoles así un vicio negativo cuando sea adulto, ya que este problema no solo ocurre con el calzado infantil. Además, también será importante utilizar la talla adecuada de zapato.
Bibliografía: okaaspain.com, médium.com, casaverde.com
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